lunes, 13 de febrero de 2017

Mi reclutamiento por la democrática república de los lectores.

Divagaciones librescas


La literatura me eligió.
La literatura me marco la vida.
La literatura me reclutó.
La democrática república de los lectores salvó mi vida.
                              
                             
Parece el comienzo de alguna curiosa novela pero no es más que un resumen de la influencia que tuvo la literatura en mí.
Hay personas que nacen dentro de una familia lectora y leen desde chicos hasta mayores y otros abandonan en el camino. Si les preguntas a ellos te dirán que “les gusta leer” pero que no les apasiona.
Yo no formo parte de ese grupo.
                                              
                           
El grupo del que formo parte es un grupo que lee/leía para el colegio pero que no leía fuera de este. A nosotros no nos molestaba leer pero tampoco nos gustaba. Hasta un día la literatura te elige o te recluta y te golpea muy fuerte en la cara y el corazón para enseñarte todo lo que ignorabas, todo lo que no sabias y ahora sí.
Cuando la literatura te recluta, empiezas a formar parte de la democrática república de los lectores.
                    
                       
El primer grupo que describí son elegidos de la literatura pero no todos los elegidos son reclutados. A diferencia que el segundo grupo que pasamos, normalmente, por ambas fases.
Para que mi teoría/explicación/testimonio tenga más sentido pasaré a contarles la historia de cómo la literatura salvó mi vida incluso antes de que estuviera en peligro.
Fue en primer grado donde ya aprendí todas las letras y a leer mejor. Y para ello leímos “La casa de los sueños” de Gabriel Sáez. Dudo que tenga más de 20 oraciones simples. Pero igual, yo lo disfrutaba (y lo disfruto mucho).
Cuando las clases se acercaban a su fin, Tía Patricia (así llamábamos a las señoritas en mi colegio) nos dijo que formáramos una fila en orden.

Recuerdo que ella se encontraba sentada en su escritorio con una gran caja de cartón en su regazo. No sabía que había dentro de esa caja y tampoco tenía idea de lo que le decía a cada uno de nosotros cuando llegábamos a ella. Hubo un momento en que descubrí que lo que decía no era más que una pregunta que marcaría mi vida. ¿Te gusta leer? Todos mis compañeros que se encontraban frente a mí habían respondido que no a esta pregunta y les había entregado ese libro con que aprendimos, de una vez por todas, a leer.
Recuerdo que sentía una inmensa curiosidad. Curiosidad que todavía siento en las venas cada vez que recuerdo ese momento. Llegó mi turno y la tan ansiada pregunta. ¿Te gusta leer? Los ojos de mi tía brillaban, solo como aquellos ojos de quien aman su profesión. Tarde unos segundos en responder, no estando segura de la repuesta pero sabía que si me negaba a esa curiosidad que surgió del fondo de mi, me arrepentiría mucho más de lo que podría creer.
Y así, respondí que .

Recibí “Cuentos en tren”  de Laura Devetach. Además de mi ejemplar de la casa de los sueños.
Hasta quinto grado leería solamente lo que me mandaba el colegio. Luego, en las vacaciones de invierno vi la publicidad de un libro Fireligth de Sophie Jordan. No sabía porque, no sabía de que trataba o si era una saga o uno solo. Solo sabía que lo necesitaba. Necesitaba leerlo. Ahora lo sé.

Fue ese día en el que me volví lectora. Fue ese día el que fui reclutada por la Literatura.

Ese día entré por primera vez a la democrática república de los lectores. Para encontrar la razón de mi vida y no volví a salir.


Divagen librescamente, buenas lecturas y hasta la próxima, Drusilla ;D

2 comentarios:

  1. Hola Drusilla!Estaba leyendo otros blogs y encontré el tuyo y te digo que ya tienes una suscriptora! Escribes muy bonito..
    Con respecto a lo que haz escrito me siento totalmente identificada con lo que haz escrito, me ha pasado lo mismo que a ti yo comencé a leer con los libros que me daban en la escuela y cuando cumplí 10 años mi maestra de primaria me regaló el libro de principito y desde ahí me volví una lectora.

    ResponderEliminar
  2. Hola Johanna! Me alegra que te haya gustado y que te suscribieras! Y me encanta saber que tuviste una experiencia como la mía!Que lindo gesto de tu maestra! A mi el principito me lo regaló tu abuela, en una edición muy vieja! Jaja muchas gracias, Saludos y divaga librescamente! No te olvides de compartir así el blog puede crecer mucho más!

    ResponderEliminar